martes, 10 de febrero de 2015

CONMEMORACION DEL 75 ANIVERSARIO DEL           Ramiro de Maeztu
"....Además de la reseña y las fotos del acto, que han confeccionado Kurt Schleicher y Rafael García-Fojeda, os adjuntamos a modo de introducción los versos que Nicolás  Pérez Serrano preparó y recitó durante su discurso de agradecimiento, inspirándose, creemos entender, en Antonio Machado y sus poemas "Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla"...."


         
  Mis recuerdos de la «Prepa» y también del Instituto”.

 
                               Los recuerdos de mi infancia

son de patio de colegio;

los primeros de la «Prepa»;

más tarde, del Instituto.

Amelia, María y Cea.

Escalona y Muñoz-Cobos

junto al director, Don Mendo

y el buen portero Moneo

con sus “montañas nevadas”.

Al pasar al Instituto …

Vista a la derecha, ¡ar!.

Variaciones militares,

Una tabla de gimnasia

que nos dirige Don Lino.

Al comienzo de las clases

rezamos una oración.

Magariños nos vigila

junto con Chupito y Muro.

Asimismo Remartínez.

Luego vinieron los “Ojes”

con el camarada Paco.

Vigilantes de Pasillo

que siempre nos amenazan

que van a tomar “medidas”.

Nos forman, no nos deforman.

Nos instruyen. En las aulas

cien profesores imparten

todo tipo de materias,

aprendemos sus valores;

nos educan con su ejemplo.

Vigueras junto a Navarro

y el “buen ojo” de Cubero.

Galán ama la montaña

y sueña con Peñalara.

Se nos casa Zamorano.

Alemán da Don Domingo,

auxiliado por Carmina,

que es hija del Director,

de apellido Ortiz Muñoz.

Y francés explica Belda,

o sea, “Madame Morales”,

que se llama Patrocinio.

Entra Brañas en escena,

latín, bichos, La Salcedo.

Matemáticas, Pisón

y el “beocio” de Gimeno

que trata de transmitirnos

el “ablativo absoluto”.

Jolín es buena tutora

llena de formulaciones

de su química querida.

Palacios nos inocula

toda la literatura

que absorben nuestras cabezas.

Cuando el anhelado timbre

nos manda para el recreo,

más de sesenta balones

obedecen las patadas

de botas bastas, “Segarra”,

que compiten en el campo

mientras otros, de igual garra,

se ufanan en baloncesto

para engrosar algún día

las huestes del mejor “Estu”.

Viene la separación.

Unos, torpes, hacia Letras.

Los más listos cogen Ciencias.

Se privan, así, ¡qué pena!,

de la Rey y de Perea,

que son redivivos griegos;

y del culto Magariños,

inspirador de Estudiantes,

creador del “sobre y carta”,

gran perito de La Eneida.

Palomares y Saúco,

dos artistas del dibujo,

nos muestran los rudimentos

de pintar a carboncillo,

de copiar del natural.

Todos filósofos somos

de la mano de Mindán,

que nos resuelve también

un círculo “vicisioso”.

Utrilla y Topete son

historiadores de pro

como también lo es Pavía.

Algún bocadillo vuela.

Directo al nocturnova,

de la mano de Lucila,

aunque algo mordido ya.

Gabino religionea

e Ibarra se enseñorea

con sus ciencias Naturales,

mientras que Cuéllar y Granda

nos hacen balancearnos

de Escrivá hasta San Ignacio.

Excursiones y talleres:

los hay de encuadernación,

o de aeromodelismo,

también de fotografía.

Villaviciosa de Odón,

o Toledo, o Granada,

sin olvidar a Segovia

son visitas obligadas.

Más muchas diapositivas

del arte que Julia enseña.

Queda, sin duda, Oliver,

sabio, gran educador,

arabista singular,

especialista en Toledo,

que a todos hace exponer

las bondades de un autor.

Apresurados recuerdos.

Recuerdos sedimentados.

A todos os doy las gracias.

Todo un patio de colegio.

Bendito Instituto mío,

            mi Ramiro de Maeztu.

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario