sábado, 15 de noviembre de 2014

Me gusta el otoño. Laguna de Peñalara

El otoño es una estación del año que hay que disfrutar, haciendo excursiones o dando largos paseos por el campo o por los parques de nuestra ciudad, antes de que empiece la temporada de los grandes fríos.

En Madrid, en estos días de noviembre, ya se puede ver la nieve en los picos más altos de la Sierra de Guadarrama. Por la noche hace frío, pero al medio día, si hace sol, se puede estar allí con manga corta como hacen estos excursionistas que vemos en la foto y que se asoman a la laguna grande de Peñalara.

Historia. Las zonas altas de la Sierra tuvieron en la antigüedad escasos asentamientos humanos, debido a las duras condiciones invernales, pero se conserva una calzada romana que cruzaba la Sierra por Cercedilla y el Puerto de la Fuenfría. Y a a mediados de la Reconquista toda la zona, que continuaba despoblada, fue escenario de escaramuzas entre musulmanes y cristianos. La ciudad de Segovia destacó luego como centro clave en el subsiguiente proceso de reconquista y repoblación.

En el siglo XIV Alfonso XI visitó con frecuencia estos montes, y describió con gran precisión en su “Libro de la Montería” numerosos pasos y parajes relacionados con la caza mayor a la que era aficionado. Precisamente será la actividad cinegética, junto con la amenidad de los paisajes, bosques y riachuelos la razón que anime a los monarcas a construir casas de campo cerca de la Sierra de Guadarrama, algo continuado ahora por muchos madrileños.

En los años 20 del pasado siglo, apenas realizada la declaración de los dos primeros Parques Nacionales españoles (Ordesa y Covadonga), se iniciaron los trámites para conseguir la declaración del Parque Nacional de Guadarrama, como forma de protección de la naturaleza de la zona. La superficie del mismo en la actualidad es de 33.960 hectáreas pertenecientes a las comunidades autónomas de Madrid  y Castilla y León.

La laguna de Peñalara es la mayor, pero no la única existente dentro del Parque Nacional; todas tuvieron su origen cuando los glaciares erosionaron el fondo del llamado Circo de Peñalara, una explanada situada a 2.017 metros de altitud, al pie del macizo del mismo nombre. Llegar hasta allí es fácil en el tren de cercanías hasta la estación de Cotos, y luego se sube andando al inmediato puerto de Cotos (1830 m), donde se inicia un paseíto de 3 km, con cuestas pero bien señalizado y que no presenta especiales dificultades. Y luego a disfrutar de los grandiosos paisajes.

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